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9786078563814
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SÁNCHEZ BENITEZ ROBERTO
Los escritos chicanos, fronterizos y transfronterizos han integrado un canon literario que no termina de formar parte de la historia de la literatura mexicana ni norteamericana, con razones mayormente ideológico-políticas en el feroz rechazo a que las comunidades mexicoamericanas puedan construir un futuro diferente al que les impone el mainstream dominante de la cultura que los envuelve e invisibiliza. Obras situadas en espacios imaginarios y simbólicos liminares en los que han buscado reconstituir, recodificar, replantear y recobrar un sentido de unidad comunitaria, de pertenecía cultural a raíces que se prolongan hasta expresiones originarias de la cultura mexicana. Recuperaciones simbólicas que van desde el “panteón azteca”, hasta las figuras emblemáticas de la Revolución mexicana como Emiliano Zapata, Francisco Villa, las “adelitas”, pasando por las figuras de la Malinche, la Guadalupana, o Sor Juana Inés de la Cruz, desembocando en Frida Kahlo o Rosario Castellanos. Pero también su “función social” ha sido, por ello, de resistencia y de formulación de nuevas subjetividades a raíz de la asimilación de una diversidad de discursos que no distinguen entre la alta cultura y sus manifestaciones populares. De lo que trata este libro es de ciertas narrativas de escritores chicanos, fronterizos y transfronterizos, teniendo como escenario la zona de flujos y reflujos culturales, económicos, políticos e históricos que constituyen la frontera, vecindad incómoda, entre México y los Estados Unidos, que funcionan como “costuras de la experiencia”, formas de resolver lo que ha sido roto, abierto, dolido, separado, herido, desgarrado; modos de resarcir el olvido dándole poderes al recuerdo, a la imaginación, al sueño y a la ficción para crear realidades complementarias en una comprensión que desafíe discursos hegemónicos en los cuales se impone un único criterio de verdad sobre las cosas: la del poder, el dominio, la marginación, condena y explotación. Escrituras que figuran y nos hacen figurar en escenarios de reivindicación de la dignidad humana. Ficciones que se definen en la encrucijada de los destinos, en los entre-cruzamientos, en los cruces del ir y venir del migrante, o las cruces que se van dejando a manera del cruel testimonio. Los “cruzados” de por la frontera, o los que andan con su cruz a cuestas que, un poco inclinada, se “inclina” la Guadalupana y deja ver, en su aura, el rostro de diosa Tonantzin para el peregrino de Aztlán.