La lucha de clases existe, Marx tenía razón, y la están ganando los dominadores, sin encontrar resistencia por parte de los condenados del planeta, reducidos a ser el sujeto pasivo que padece en silencio. Mientras existan el capitalismo, la lucha de clases, la enajenación y la explotación, Marx estará vivo: es más, será un punto de referencia imprescindible para las luchas cuyo fin sea la liberación. Sobre este punto, comparto la lectura de Diego Fusaro: únicamente Marx, hoy es insuficiente; pero sin Marx no se pueden comprender, criticar y eventualmente superar las contradicciones del capitalismo actualmente triunfante. [...] Por eso, tal como ha mostrado Fusaro siguiendo los pasos de Derrida, la gran narrativa que repite que Marx ha muerto, precisamente cuando el capitalismo domina como nunca anteriormente, posee una fuerte connotación ideológica: es la forma de consciencia ideológica típica de un capitalismo que aspira a liberarse definitivamente de la mirada crítica y de las luchas revolucionarias, o sea, de las dos dimensiones que caracterizan el pensamiento y la obra de Marx.