Tratando de mantener un cierto equilibrio entre las principales interpretaciones que se han hecho de la noción foucaultiana de biopolítica y de su desafortunada denominación, El orden biopolítico, del chileno Vicente Serrano Marín, reflexiona sobre cómo entender el deseo y la vida en su relación con las sociedades capitalistas, pero sin regresar a viejos conceptos hoy inservibles o sin recaer en abstracciones metafísicas posmodernas. Considerando la obra de Foucault como continuación del esfuerzo ilustrado, parte de la premisa de que, en efecto, como tantas veces se ha señalado, su obra tiene por objeto la libertad y que sólo desde ahí se entiende su larga y sostenida reflexión sobre el poder. Pero en la medida en que en él libertad, Ilustración y crítica se aúnan para ofrecer una ontología, el presente ensayo asume la filosofía de Spinoza como un fondo inmejorable contra el que recortar el esfuerzo de Foucault en pos de esa ética y estética que nunca llegó a realizar. Por ello propone abordar la reflexión foucaultiana sobre lo biopolítico como un proyecto comparable al de un nuevo Tratado teológico-político en un mundo en el que ya no es posible reconstruir la ontología a partir de Dios o de la Naturaleza, y en el que el deseo emerge como una pieza fundamental en torno a la cual giran la economía, la sexualidad y el discurso para construir una entidad que parece suceder a las ideologías y a las religiones.