En septiembre de 1918 entraba en vigor el Código de Leyes de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia sobre el Estado Civil, las Relaciones Domésticas, el Matrimonio, la Familia y la Tutela. Un año antes, en octubre de 1917, la Gran Revolución Socialista de Octubre había culminado con la toma del poder por parte del partido bolchevique. Basándose en las tesis marxistas, éste tenía la firme voluntad de establecer la igualdad social en su país, que hasta entonces había languidecido bajo el yugo del Estado autocrático del Zar. Esta igualdad social pasaba necesariamente por barrer las desigualdades entre mujeres y hombres, especialmente en el ámbito doméstico y familiar, donde las mujeres habían sufrido durante siglos la más cruel de las discriminaciones. Distintos decretos fueron aprobados en este sentido pocas semanas después. Pero sería con el presente Código de la familia con el que –por primera vez en la historia– las mujeres de un país gozarían de un cuerpo de leyes destinado a asegurar su completa igualdad ante el padre y el marido. Además, su descendencia nacida fuera del matrimonio dejaría de sufrir la pobreza y el estigma de la ilegitimidad. La igualdad de las mujeres y la protección a la infancia fueron sus dos principales características. Cien años después, el revolucionario Código de 1918 merece ser recuperado, estudiado y reivindicado.