Entre ellas, la princesa indígena Anacaona, que se sublevó contra los conquistadores españoles en la isla que comparten Haití y República Dominicana; la Virreina Bartolina, que lideró en Bolivia a uno de los principales movimientos contra la colonia española; la negra Marie-Jeanne de La martinière, que ayudó a vencer las tropas de Napoleón en Haití; Lucy González, la mexicana que luchó en Chicago por los derechos de las obreras; Lola Lebrón, que se batió por la independencia de Puerto Rico; la uruguaya Lucía Topolansky, la brasileña Dilma Rousseff o la nicaragüense Nora Astorga, que pasaron de ser guerrilleras a ocupar altos cargos en sus gobiernos; la desconocida Ana que se en frentó al ejército estadounidense cuando invadió Panamá; la escritora chilena Gabriela Mistral o la artista Chavela Vargas, lesbianas en un mundo hipócrita; las madres colombianas que hacen frente al poder en nombre de sus hijos; o la cubana Adriana Pérez, que se batió por la libertad de su esposo y el derecho a ser madre