El colapso socioecológico ya ha empezado: la humanidad lleva al menos tres décadas viviendo por encima de sus posibilidades ecosistémicas. En esta cuenta atrás, la sostenibilidad y la transición hacia un modelo poscapitalista no son una simple opción, sino que surgen con la fuerza de un imperativo. Cada una de las crisis y tensiones que confluyen en el mundo actual —la gran recesión, el declive energético, el cambio climático, los conflictos geopolíticos por los recursos, la superpoblación, etc.— hay que comprenderlas dentro de una realidad unitaria y compleja: la crisis civilizatoria del capitalismo. Todas ellas son consecuencia, en último término, del choque de nuestra actividad con los límites biofísicos que el planeta impone a una economía que necesita expandirse ilimitadamente. Las vías de salida no radican simplemente en cambios en política económica o en soluciones tecnológicas. Requieren de un cambio radical de paradigma, urgente y a la vez de largo alcance, de una transformación integral de nuestros modos de vida, que involucra tanto a las instituciones políticas y el sistema económico como a las relaciones sociales, los valores, las cosmovisiones, las ideologías, la idea de felicidad que nos gobierna o los modelos de vida buena. Emilio Santiago Muíño no solo descarta los mapas que ya no sirven, aquellos que guiaban las tendencias de progreso y crecimiento del pasado, sino que traza las rutas posibles por las que transitar hacia sociedades sustentables y mantener viva la promesa digna de la emancipación social y de una vida plena.