14 de marzo de 219. Beira (Mozambique) es arrasada por la tromba de agua provocada por el ciclón Idai. Un año antes, Ciudad del Cabo (Sudáfrica) llegó al punto álgido de una sequía extrema que llevaba años agravándose. En 22, una enorme plaga de langostas destrozó los cultivos del Cuerno de África. Estos hechos, aparentemente desconectados, tienen algo en común: el cambio climático. Este ensayo explora las realidades africanas en su relación con el calentamiento del planeta. Examina el acuciante problema de la desertificación y sus efectos en la pérdida de biodiversidad, y la disminución de la fertilidad y la productividad de un terreno del que viven y en el que viven millones de personas. Visita los deteriorados lagos Chad y Tanganika y se detiene en las costas africanas, amenazadas por el aumento del nivel del mar, que ya ha desplazado a númerosas poblaciones, alejándolas de sus comunidades y sus modos de vida. Estos y otros factores han contribuido al creciente problema de las llamadas “migraciones climáticas”, un término polémico que no llega a cubrir la gran complejidad de esta realidad migratoria. Aurora Moreno Alcojor presenta al continente como un actor relevante y cada vez más potente en la lucha contra el cambio climático, con proyectos a gran escala, como la Gran Muralla Verde Africana, pero también locales, como la regeneración del suelo llevada a cabo por el campesino de Burkina Faso Yacouba Sawadogo. Soluciones africanas para problemas globales.