Alan Turing es uno de los grandes nombres de la ciencia del siglo XX. Sus aportaciones fundacionales a la computación –su famosa máquina de Turing- determinaron el desarrollo de la sociedad en la que vivimos. Junto al ejército aliado, participó en las labores de desencriptación de las comunicaciones nazis, sus ideas pioneras sentaron las bases de la inteligencia artificial, trabajó en la construcción de los primeros ordenadores e, incluso, con unas investigaciones inconclusas, contribuyó a crear una nueva rama del conocimiento: la biología matemática. Pero, tal y como se resalta en este libro, detrás de esta carrera multidisciplinar encontramos una mente matemática, quizás una de las más brillantes del siglo pasado. Turing fue, ante todo, un matemático que supo aplicar algunas de las cuestiones más fundamentales de la disciplina al avance del mundo moderno y cuya temprana muerte, trágica e injusta, nos privó de saber hasta dónde hubiera podido llegar su genio.