Las Naciones Unidas aprobaron en el año 2 los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que establecían metas en el ámbito de lucha contra la pobreza, educación, medio ambiente, igualdad de género o salud que debían cumplirse en 215. Ha llegado el momento de evaluar el éxito de aquellas medidas, pero también de acordar otras más exigentes: los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Su elaboración ha contado no solo con la intervención de gobiernos e instituciones internacionales, sino también con una amplia participación ciudadana y de entidades de la sociedad civil. Solo con políticas internacionales de desarrollo y cooperación podrá hacerse frente a retos tan ambiciosos: luchar contra la pobreza, combatir la desigualdad en cuanto forma de inequidad, lograr la justicia y la dignidad para todas las personas y llevar a cabo un desarrollo sostenible, actuando conjuntamente contra el cambio climático.