El 11 de febrero de 216 se anunció la primera detección directa de ondas gravitacionales: un seísmo en el espaciotiempo causado por la fusión de dos agujeros negros de treinta veces la masa del Sol cada uno que formaron un único agujero negro; sin duda, uno de los acontecimientos científicos más importantes en décadas. Pero la historia de las ondas gravitacionales empezó cien años antes con la teoría de la relatividad de Einstein, que predecía la existencia de estas ondas. Esta ofrecía una nueva y revolucionaria forma de conceptualizar el hecho gravitatorio, conocido desde la Antigüedad, en la que los conceptos espacio, tiempo, velocidad de la luz y curvatura pasaban a jugar un papel fundamental. Habitamos un universo de dimensiones inmensas repleto de galaxias que se alejan unas de otras y que están pobladas por ingentes cantidades de estrellas que se van compactando hasta convertirse en objetos de tipo agujero negro; sin embargo, nosotros solo formamos un pequeño reducto dentro de ese cosmos. Este libro propone una visita al vasto territorio que hoy por hoy delimita la relatividad general o, en términos todavía más generales, la gravedad.