Actualmente, la realidad africana alberga múltiples contradicciones. ¿Cómo explicar que un continente agrícola tenga millones de hambrientos? Para responder a esta cuestión hay numerosas hipótesis, pero todas ellas del mismo lugar: la historia. No se puede entender el modelo agrícola africano sin la colonización, ni la orientación de las economías africanas hacia la exportación sin el rol del Fondo Monetario Internacional, ni la estructura de los estados africanos sin el esclavismo. Los discursos sobre África, especialmente aquellos que tienen que ver con la economía, se han hecho durante décadas —¿o siglos?— desde el exterior. Una muestra de esta miopía es el modelo proteccionista europeo, ejemplo suficiente para entender que, bajo su esquema, la agricultura africana no tiene ninguna posibilidad de crecimiento. Ante esa realidad, el desafío para los ciudadanos de los países africanos es considerable. Solo con un plan integral que vincule la agricultura y la industria se podrá escapar de la pobreza, haciendo realidad la sentencia del político cubano José Martí: "Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz".