Durante la última década, las metrópolis de América Latina se han convertido en motores de crecimiento, innovación y modernidad, afirmando su papel como centros de comando regional. No obstante, persisten en ellas contradicciones inherentes a su modelo de urbanización. La pobreza y las desigualdades, con su correlato de segregación social, fragmentación espacial y violencia material y simbólica, opacan las grandes cifras económicas y constituyen un persistente lastre para el desarrollo urbano. Mientras tanto, en un creciente número de metrópolis europeas se intensifican las tensiones socioterritoriales. Mayores niveles de desigualdad y exclusión social revelan las debilidades y contradicciones de las políticas aplicadas y reclaman nuevas estrategias de desarrollo urbano. Este análisis muestra que tanto unas como otras han alcanzado, desde puntos de partida diferentes y mediante trayectorias diversas, unas problemáticas comunes que requieren soluciones urgentes. Los autores exploran una nueva lectura del desarrollo urbano, identificando oportunidades de aprendizaje mutuo y recogiendo las aportaciones de la geografía, la economía, la sociología, el urbanismo y la ciencia política.