El tránsito de una etapa de crisis nos lleva siempre a un nuevo escenario social, pero es indudable que existe una relación entre la profundidad e impacto de la crisis y el tiempo y forma en que se consolidan sus posteriores efectos y mutaciones. En los últimos años, el mercado y el poder económico subyacente se han globalizado, mientras las instituciones políticas, y el poder que de ellas emana, siguen en buena parte anclados al territorio. Y es en este territorio donde los problemas que generan la globalización económica y los procesos de individualización se manifiestan diariamente. Nos encontramos ante una sensación de vulnerabilidad, de miedo ante el futuro, algo significativamente nuevo en muchas partes del mundo, y que afecta de manera más especial a aquellos enclaves en los que la sensación de seguridad era mayor. Esta intensa mutación sitúa a la ciencia social ante un reto de una magnitud cercana a aquellos tiempos de cambios sociales profundos que motivaron su origen, con el advenimiento de la modernidad industrial. Este libro ofrece una amplia mirada sobre las tendencias de los bienes sociales en el contexto actual de reconfiguración tras la crisis e identifica, con sus distintos debates y propuestas, posibles vías para recuperar un horizonte social inclusivo.