Seabury Quinn nació el día de año nuevo de 1889 en Washington. A los once años, tras la lectura de Drácula, comenzó a interesarse en las leyendas sobrenaturales, religiones primitivas, misticismo, brujería, necromancia y ritos fúnebres, temas en los que llegó a ser un auténtico erudito. Estudió Derecho en Washington y fue alistado para combatir en la Primera Guerra Mundial. De regreso a su país, empezó a trabajar como periodista y escritor de relatos, la mayor parte de terror, que enviaba a las revistas pulp de la época, como la famosa Weird Tales, que entre 1923 y 1952 le publicó 159 cuentos 92 de ellos protagonizados por Jules de Grandin, convirtiéndose así Seabury Quinn en el autor más popular de la historia de esta revista. Las cámaras del horror de Jules de Grandin es una selección de las historias más horripilantes y escabrosas de este singular investigador, Jules de Grandin, uno de los mejores anatomistas y fisiólogos de la Facultad de Medicina de París, que formó parte de los servicios de información durante la Gran Guerra, y cuyo principal pasatiempo consiste en investigar el mundo de lo oculto. De Grandin aborda el mundo sobrenatural con la eficacia de un científico. Así, utiliza el radio para combatir las apariciones, o la hipnosis y ciertas drogas contra la posesión diabólica; posee vastos conocimientos místicos acerca de la religión egipcia, sobre viejos rituales druidas, hechicería cristiana, o sobre la magia negra practicada por los Templarios. Los cuentos reunidos en esta antología son macabros, perturbadores, crueles, perversos, ligeramente amorales en algunos casos y, en consecuencia, un extraordinario deleite para los aficionados a la literatura fantástica.