A medio camino entre la novela de misterio y la novela de horror, El fantasma de la Ópera se adentra en el fascinante mundo de los escenarios para extraer su inspiración de los misterios que se ocultan tras los telones y entre bambalinas. En ese mundo encontró Gaston Leroux el espacio, los artificios y los personajes de la gran tradición gótica: un edificio de la Ópera imposible (pasillos húmedos que desembocan en trampas mortales, un lago subterráneo), un ser tenebroso, atormentado por su extrema deformidad y por su fealdad, pero apasionado por la música y enamorado hasta el límite de la belleza, encarnada en una joven cantante de ópera.