El autor inicia su historia de la imagen, que va del sueño a la pantalla, preguntándose cómo esta sola palabra –imagen– puede contener tantas maravillas, pues por sí misma evoca la magia. Partiendo de las pinturas y figurillas de la Prehistoria y de las imágenes religiosas de la Edad Media, examina el nacimiento del retrato, del libro y del grabado, pasando a la prensa, a la fotografía y al cine para concluir con la televisión, Internet y lavideosfera, en una época en la que las imágenes nos devoran, nos acosan, y poco a poco disminuye el espacio dejado entre la imagen y lo que representa, e incide también en los problemas, tan actuales, de la mecanización en la reproducción y de la propiedad de las imágenes.