Dragones tricéfalos y la imaginación de los hombres desde el principio de los tiempos. Soldados, doctores, alquimistas y guerras libradas con murciélagos en llamas. Aves que no consiguen remontar el silencio. De cuando se prohíben las cosas que causan placer y algunas que causan displacer. Comedores de pájaros. Arañas, avispas y serpientes. Desde los monos pintados por un artista que se aficionó al espiritismo hasta el maestro de sable o los atemorizantes seres a los que daba vida un mago, Lo volátil y las fauces es el bestiario de un taxónomo incrédulo, escrito en pergaminos que se han perdido.