En estas memorias, Sollers comienza narrando sus recuerdos de infancia, brevemente, y entra de lleno en la rememoración de su trayectoria como escritor, que comienza en 1957, con sus apenas 21 años, con la publicación de su primer libro, Le Défi (El desafío), bajo pseudónimo, Sollers, “personaje imaginario que me había creado hacia los 15 ó 16 años, un poco siguiendo el modelo de Monsieur Teste de Valéry”. Sus libros presiden estas páginas, así como sus encuentros con los más conocidos representantes de la cultura francesa de los últimos sesenta años: Jean Paul Sartre, Simone de Beavoir, Margerite Duras, Raymond Aron, François Mauriac, Francis Ponge, Pasqual Quignard, Michel Houellebecq o Jonathan Littell. El recuerdo de los sucesos de Mayo de 1968 y de la fascinación por la China de Mao marcan gran parte de estas memorias, plagadas de reflexiones sobre la cultura y la literatura francesa europea de finales de siglo XX. A lo largo de sus distintos capítulos, Sollers nos acerca a sus pasiones: la cultura del siglo XVIII, Venecia, su segunda patria, la música de Mozart o la pluma de Sade, y sobre todo, las mujeres, sus mujeres, todas ellas, pero sobre todo, las dos que le han marcado su vida en los últimos cuarenta años: su esposa, la escritora y psicoanalista búlgara Julia Kristeva, y la novelista belga Dominique Rolin.