Peces y espejos, colores esperando en los museos, celos, ombligos en fuga, amores oníricos, un masoquista que llora de oreja a oreja, son algunos de los ejes que conforman este libro desfachatado y tierno. Insólito y frágil. Como un concierto, El perro que comía silencio consta de tres movimientos: Mi primera muerte, La música y el resto y Huesos. Escritos en un tono lúdico e intenso, en estas páginas el lector transitará por una gran variedad de temas donde la música es la única certeza