Fernández Gonzalo, uno de los pensadores y creadores más valiosos y versálites de las últimas hornadas, afirma en este impresionante ensayo que «es tan fácil contemplar la guerra y sus imágenes como difícil es transcribir verbalmente sus signos: la verdad de la guerra resbala siempre entre las fisuras del discurso». La guerra se ha convertido en uno de los principales índices de datación histórica. A partir de ella, articulamos la masa de acontecimientos, se negocian nuevos modos de organización política y se reconfiguran las fronteras. Pero ¿cómo vemos la guerra, de qué manera percibir su brutalidad, a través de qué filtros atenuamos sus consecuencias y trivializamos su impacto? En las páginas de Iconomaquia. Imágenes de guerra –que le valieron a Jorge Fernández Gonzalo el VIII Premio Málaga de Ensayo– se produce un acercamiento a lo que podríamos definir como una logística de la percepción, una reflexión sobre los mecanismos y aparatos que traducen el vínculo con lo sensible, la inmersión directa en la guerra y sus procesos, en una batería de signos y píxeles atrapados al otro lado de la pantalla. Desde las primeras representaciones pictóricas hasta los más modernos dispositivos tecnológicos de Realidad Virtual, pasando por Auschwitz y el 11-S, Iconomaquia desvela la puesta en escena de la gramática bélica mediante un profundo análisis de sus testimonios visuales y sus huellas discursivas, para concluir que «si la guerra es un texto, lo es en calidad de página en blanco surcada por el azar de sus signos, a la manera del cielo constelado mallarmeano».