Motivar es una nueva profesión. ¿Cómo no sentirse interpelado actualmente ante el inmovilismo del sistema escolar, ante el escaso cambio en materia de metodología y evaluación, ante el fracaso de los estudiantes? Hoy, las necesidades de los alumnos han cambiado: por tanto, los docentes deben ser adultos muy motivados que se atrevan a inventar nuevas herramientas y sean capaces de adoptar sus métodos a estas necesidades.