¿Quién es el educador o educadora que, hoy día, no experimenta el deseo de favorecer la autonomía de los niños y los jóvenes? Basándose en estudios que investigan si el ambiente escolar influye en el desarrollo moral de los alumnos y en la manera en cómo estos se relacionan y resuelven sus conflictos interpersonales, el libro presenta un estudio fundamentado en la teoría constructivista sobre el proceso de elaboración y legitimación de las normas en la escuela, así como los procedimientos utilizados para que los estudiantes las cumplan, analizando las consecuencias de ello en su formación moral. Los estudios expuestos indican que, a pesar de que el profesorado tiene como meta el desarrollo de la autonomía y, por tanto, tiene objetivos que apuntan hacia la implantación de sistemas democráticos de enseñanza, muchas veces el proceso utilizado favorece que se mantenga la obediencia externa y la sumisión de sus alumnos, utilizando procedimientos aparentemente democráticos, como la constitución de normas y la implantación de asambleas, para legitimar prácticas todavía autoritarias. No obstante, el libro demuestra cómo esos mismos procedimientos pueden ser instrumentos imprescindibles para la instauración de ambientes democráticos, dado que, a través de ellos, los alumnos tienen la oportunidad de expresar sus sentimientos y sus pensamientos, sintiéndose así valorados, y capaces de valorar a los demás.