El instinto materno es como un motor que impulsa y da fuerza a la vinculación de una madre con su bebé desde el momento en que nace. Desafortunadamente, en nuestra sociedad “civilizada” el instinto materno ya no es el mismo “motor” que antes; pareciera que la tecnología lo ha averiado y que las madres ya no confían en las señales que les llegan de su ser interno. Esto genera madres inseguras y desconfiadas que buscan desesperadamente señales e indicaciones de fuera.