Un pequeño colegio está ocupado por los estudiantes y desde entonces todo parece haber cambiado: las aulas, el patio y hasta los mismos alumnos, entre ellos Nicolás –el mejor portero del equipo de fútbol–, que escribe en su cuaderno un diario de “la toma”. Esta atractiva novela ilustrada se desarrolla en los vibrantes comienzos de la “revolución pingüina”, revuelta estudiantil chilena del año 26.