Fundamentos de la vía media es quizá el texto más importante de la historia de la filosofía budista. Comentado, alabado y rebatido durante casi dos milenios, su aparición dio lugar a una de las corrientes especulativas más prestigiosas de la rica tradición sánscrita: la escuela medianista o de la vía media (madhyamaka). Su autor, Nagarjuna (ca. siglo II-III), es el pensador indio más estudiado por los especialistas modernos, y Karl Jaspers lo incluyó entre las grandes figuras de la filosofía universal. A pesar de su biografía ignota, se sabe que Nagarjuna fue un filósofo de la India que imaginó todas las cosas vacías y que, además, tuvo el valor de reconocer que ese mismo pensamiento era a su vez vacío. El cultivo de la vacuidad, propia de los adeptos a la escuela madhyamaka, no es un logro fácil ni un producto trivial. En él se cifra la posibilidad del despertar. Ver el mundo vacío requiere de todo un entrenamiento y de la adopción de una determinada forma de vida. El esfuerzo intelectual deconstructivo debe ser compensado por un esfuerzo emocional asociativo: la compasión hacia todos los seres. Estas dos herramientas, vacuidad y perfección moral, son las que construyen el pabellón vacío desde el cual el buda en formación (o bodhisattva) contempla y actúa en el mundo. Ese lugar está en la imaginación y no queda lejos de esa realización que los budistas llaman nirvana.