La irrupción, en el último tercio del siglo XX, de la microhistoria italiana dio lugar a un cambio cualitativo en la historiografía contemporánea. La obra de Carlo Ginzburg, Edoardo Grendi y Giovanni Levi, por citar solo a sus más destacados miembros, ha conocido desde su aparición una difusión solo reservada a los grandes historiadores del siglo, y ha dejado una profunda huella en los trabajos historiográficos posteriores. Aquí, Carlos Antonio Aguirre Rojas analiza minuciosamente los rasgos de esa escuela, investigando las raíces de las que parte y el marco en que se desarrolla.