¿Se puede leer a Góngora después del “fin de la historia”? ¿Qué Góngora nos ha legado la posmodernidad y a qué Góngora le debemos otra lectura? ¿Esconden sus poemas algo más que el placer lúdico de desentrañarlos, ofrecen algo más que el prestigio fatuo de esa alta cultura que siempre le fue esquiva mientras vivía? ¿Podremos resistir la tentación de transformar su obra en otra reliquia, otro artículo de lujo que someter a la transparencia de las vitrinas, a las veleidades del gusto o al concurso de la erudición? ¿Y qué nos puede decir Góngora sobre el momento presente? ¿Cómo nos invita a leerlo? Una introducción a Góngora debería contener una respuesta a todas estas preguntas y este libro trata de ser exactamente eso: una introducción. Desmontando algunos tópicos del gongorismo tradicional (del formalismo al barroco, del culteranismo a la falacia de “los dos Góngoras”) y con el bagaje de la teoría contemporánea bien camuflado entre líneas, su autor trata simplemente de devolver a Góngora a la historia, con la convicción de que una lectura gongorina del pasado es la lectura de un proyecto todavía en marcha.