Dramaturgo de éxito, y tras su incursión en el relato breve, que le daría fama –y con la que ejercería una fuerte influencia en escritores contemporáneos y posteriores como Lovecraft, Tolkien, Michael Morcock o Ursula K. Leguin–, Lord Dunsany publicó una primera novela, Don Rodrigo, ambientada en el medioevo español, protagonizada al estilo cervantino por un caballero y su escudero, cuyas peripecias en busca de guerras y castillos son narradas en forma vivaz con una prosa preciosista que sitúa al autor como gran maestro de la literatura fantástica. Mezcla de Quijote y Sir Percival, Don Rodrigo afrontará toda clase de vicisitudes: emboscadas, duelos, una extraña visita al enigmático catedrático de magia de la Universidad de Zaragoza, la guerra y un extraño viaje a través del Valle de las Sombras.
"El libro que vamos a comentar es uno de esos fenómenos curiosos que se dan de vez en cuando en la literatura en los que se homenajea más que a un autor, a una novela en sí. Y es que ya desde las primeras líneas te da la impresión que estás leyendo un capítulo olvidado o recién descubierto del Quijote. (...) Si quieres pasar un rato fantástico, esta novela es una elección de éxito. Te encantará, disfrutarás de las increíbles historias que cuenta y podrás comprobar por ti mismo lo que es leer a un verdadero prestidigitador de las palabras."
– Francisco Saavedra, Radio Esperantia (14/12/2021)
"Pero nuestra atención está con los pensamientos del hombre, de los cuales los actos no son sino las sombras: mientras estén activos es erróneo afirmar que todo permanece inmóvil, pues ya proyecten sus sombras, que son las acciones, o ya sean solo una fuerza potencial que no perturba (al menos visiblemente) la materia, los pensamientos son la fuente de las historias que escribimos y de las vidas que vivimos; son ellos quienes dieron a la Historia su materia prima y quienes le ordenaron fundirla en libros."