Sin productos
Nadie quiere una mofeta. No se abre la puerta a una mofeta. No se la invita a pasar. Especialmente, si en la casa se desarrolla una “importante labor petrológica”. Y, por supuesto, jamás se debería permitir que se mudara allí. Pero Mofeto ha llegado a casa de Tejón para quedarse, y no hay nada que él pueda hacer al respecto. Aunque su mundo se ponga patas arriba.
PÁGINAS | 145 |
ALTURA | 15.4 |
ANCHO | 20.3 |
PROFUNDIDAD | 1.3 |
PESO | 0.316 |