¿Hay algún rasgo que caracterice a la política? ¿Cuál es su relación con el poder, la violencia y la irracionalidad? ¿Significa lo mismo en una sociedad de masas que en la antigüedad griega? ¿Existe una ética política, o la política está condenada a no producir nada moralmente loable? ¿Se pueden definir los valores objetivamente buenos que ésta debe tener como meta? Éstos y otros muchos interrogantes se plantearon en Europa hacia comienzos del siglo XX, y trajeron consigo la crisis del concepto de política hasta entonces dominante: el aristotélico. Este libro aborda el siempre controvertido problema de cómo definir la política y, para ello, expone, relaciona y analiza tres significados fundamentales: los de Aristóteles, Max Weber y Carl Schmitt. El contexto de una fuerte transformación social, cuyo rasgo más relevante es la incorporación de las masas a la vida pública, será interpretado por los dos últimos como la puesta en entredicho del, hasta entonces, estable sentido objetivo atribuido al mundo y, por tanto, a la política. Estos pensadores, a través de su diálogo crítico con la noción aristotélica de política, darán lugar a una reflexión acerca del papel que en ella tienen la violencia, la voluntad humana, el conflicto entre valores, lo irracional, la búsqueda del poder y la guerra.