Un profesor universitario se parece al vendedor de un “ultramarinos” que despacha un amplio surtido de productos y servicios. De hecho, desarrolla la versatilidad de Mortadelo, aunque nadie le haya enseñado el arte de disfrazarse ni, mucho menos, las competencias necesarias para asumir tanto rol. Cada uno tiene su liturgia, sus trucos y habilidades, y el sufrido profesor solo puede aprenderlo con la práctica. Este libro está destinado a acabar con semejante sinvivir; es un manual pensado para quien ejerce o desea ejercer de profesor universitario en el que se desarrollan las habilidades básicas que, cual avieso gavilán, el joven o ya no tan joven necesita para su supervivencia en este entorno. El autor ha sido capaz de levantar la vista del día a día de 25 años de experiencia académica y elaborar un ágil relato que, sin dejar de ser crítico, se lee con una sonrisa. Impartir clases sobre materias especializadas, pero sobradamente conocidas por el docente, y, de vez en cuando, diseñar y elaborar una investigación y publicar sus resultados en un libro o en una revista científica pueden parecer ejercicios relativamente sencillos. Pero, nada más lejos de la realidad ya que, en la práctica, esta profesión se asemeja más a hacer de hombre orquesta que a disfrutar de una paz monástica concentrada solo en la lectura, la escritura y el discurso oral de un templo del saber.